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EL PROCESO

RECOLECCIÓN

Nuestro trabajo comienza en los campos de recolección, donde arqueólogas de la materia orgánica rastrean vestigios de antiguos ecosistemas: una hoja, un fragmento de tronco, una piedra erosionada por un río desaparecido.
Cada hallazgo se trata con la precisión de quien sostiene una reliquia.

Sobre la piel

CONSERVACIÓN

Posteriormente, el material pasa a nuestros laboratorios de conservación atmosférica, donde se estabiliza su temperatura, humedad y densidad molecular. Este proceso evita que el tiempo siga ejerciendo su peso sobre lo que queda.
Aquí, la tecnología no reemplaza a la naturaleza: la imita, la prolonga, la archiva.

DISEÑO

Los diseñadores de empaques transforman entonces la materia en objeto. Su tarea es doble: proteger y mostrar. Cada envoltorio se convierte en una cápsula transparente de memoria, un pequeño altar para lo que alguna vez fue vida.
El diseño del vacío no busca esconder, sino revelar el límite entre lo natural y lo fabricado.

ARCHIVO

Finalmente, nuestros archivistas de datos ecológicos registran la procedencia, la composición y el estado emocional del fragmento —porque toda materia conserva una historia.
De esta manera, cada pieza de AL VACÍO es también un documento, una evidencia de un mundo que ya no puede ser reproducido.

Preservar, para nosotros, es una forma de resistencia.
Capturar el aire entre la materia es insistir en la memoria del planeta.
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